A MI TIERRA
que es de tiempo de la siembra
Pachamama madre tierra
hija de Quilla y Sol
les ruego con devoción
tengamos buenas cosechas.
Que la tajilla hecha de astillas
de churquis que no se rompen
jalada por los hombres
abran los surcos y en su herida
fecunda la papa andina
alimento de renombre.
Alimento que da vida
hay papas de todas las layas
verdes, moradas y bayas
sólo importa la semilla
que en cementeras cultiva
el hombre de la Quebrada.
Tomas R. Espinosa. Antigal. Poeta de Yala, Jujuy.
La papa ha sido otro de los tesoros americanos con el que
los conquistadores españoles se han topado de este lado del océano. Este tubérculo
ya era plantado, cosechado y hasta almacenado por los pueblos originarios desde
tiempos remotos, hace 13 mil años atrás. Es que ésta no tuvo reparos a la hora
de adaptarse a las miles de condiciones, con factor altura incluido. Por esto llamada
papa andina, esa que -desde México hasta el Noroeste Argentino, pasando por
Centro América, Perú, Bolivia y el norte de Chile- ha desarrollado tantas
variedades como su geografía circundante; siendo el altiplano andino
sudamericano el sitio donde se registra su mayor surtido y característico
sabor.
Papas o papines...esa es la cuestión
Primeramente, bien vale destacar que no se trata de grandes
papas. Al menos, en cuanto dimensiones; pero sí en lo que a su condición
nutricional refiere. Ocurre que las frías temperaturas a las que las someten
las alturas no les permiten desarrollar gran tamaño. De allí que, a simple
vista, puedan pasar por “papines”. Sin embargo, lejos están de serlo: los
papines son una variedad de papa tradicional cosechada en su primer estadio de
crecimiento; mientras que el reducido tamaño de las papas andinas tiene que ver
con su propia naturaleza. Esa que las provee de otra diferencia no menor: la
concentración de gran cantidad de minerales propios de la tierra en la que son
cultivadas, como ser calcio y potasio. Así, el sabor de las papas andinas
ofrece al paladar un dejo más terroso y hasta algo dulzón, dependiendo de su variedad,
papa sabor a papa.
El secreto esta en la variedad
Fiesta, fiesta y papa pá !!!
La papa andina ya tiene su propia fiesta y todo. Sí, en El
Alfarcito: paraje situado a la vera de la RN 51, en la llamada Quebrada del Toro,
Provincia de Salta, donde cada mes de Julio, es el sitio en que familias de los
departamentos vecinos, comunidades originarias, turistas y, por supuesto,
productores rurales se dan cita para homenajear a su hija pródiga. Es que la
papa andina allí cultivada, dada su condición orgánica, ha devenido en un
alimento gourmet, de alta estima para la gastronomía nacional e internacional y
en un noble sustento de vida para quienes la producen en campos situados entre
los 3000 y 4500 metros sobre el nivel del mar, a los que se accede solamente en
mula.
Una papa en el Congreso
La papa andina fue reconocida por la Cámara de Diputados de
la Nación como alimento de interés nacional. Fue en reconocimiento al proyecto
“Tesoros de la Biodiversidad Andina: las papas nativas y su valor para la
humanidad”, impulsado en el año 2013. ¿Con qué finalidad? Difundir el conocimiento de estas variedades
ancestrales, valorar el patrimonio fitogenético y concientizar sobre la
importancia de su conservación y revalorización como alimento nutracéutico
(beneficioso para la salud humana).
Pela papas abstenerse. ¡Las papas andinas salen con cáscara!
Después de un buen lavado, derechito a la cocción, así como están. Y así se las
puede comer.
PANCITOS DULCES CON SEMILLAS Y PAPA
INGREDIENTES:
Fermento:
15 grs Levadura fresca
1 cda azúcar
1 cda de harina
c/n leche tibia
Masa:
250 grs Harina
50 grs Azúcar
150 grs Puré de papas cocidas
40 grs Manteca pomada
1 cdita Esencia de vainilla
c/n Leche tibia
60 grs Semillas de lino
60 grs mix de semillas de sésamo
Doradura:
1 huevo
2 cdas de leche
PROCEDIMIENTO
Calentar el horno a 180°.
Para el Fermento o esponja:
Para la masa:
Mezclar bien e incorporar
la leche poco a poco, hasta tomar toda la masa. Amasar suavemente sobre la mesa
por cinco minutos sin agregar demasiada harina.
Espolvorear la mesa con harina y colocar la masa,
desgasificar la masa con las yemas de los dedos. Dividir la masa en tres
porciones. En una parte agregar las semillas de lino, en otra mix de semillas
de sésamo y la última parte dejar sin semillas adicionales. A su vez, separar
cada una de ellas en 4 porciones.
Para la doradura: Mezclar el huevo y la leche hasta
unificar. Pincelar la superficie de los pancitos, cuidando de no presionar para
no aplastarlos.
Llevar al horno precalentado por 15 a 20 minutos o hasta que
al introducir un palillo éste salga limpio y seco. Dejar enfriar y preparar el mate para disfrutarlos con
amigos!!!
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