CHUÑO, una papa con pasado y mucho futuro

La papa (chuqi en aymara) se originó hace unos 8000 años en la cordillera de los Andes. Los pobladores andinos desarrollaron una cantidad de 5500 variedades de papa. En la época colonial fue llevado a Europa, allí en el norte se adaptó con rapidez a las condiciones y pronto se convirtió en alimento básico, e incluso salvo de la hambruna a varios países de Europa. De ahí fue llevada al Asía y al África, mundialmente se hizo conocer con la papa frita. En las tierras altas de Bolivia se cultiva abundantemente la papa, esta zona es considerada como centro primario.
Este producto es uno de los elementos centrales de la alimentación indígena y, en general, de la gastronomía de la región altiplánica de América del Sur particularmente de Bolivia y del Perú, región de la cual es originario este producto. También se consume en el Noroeste de Argentina; el Norte de Chile y en el Sur de Ecuador.

En Bolivia, Perú, Ecuador, Chile y Argentina también puede referirse al fécula de papa (incluso a algunos productos preparados con ésta),2 obtenido mediante la molienda de los tubérculos y la decantación de los gránulos de almidón que se mantienen flotando en el jugo. En Argentina con tal almidón se preparan ocasionalmente postres que llegan a ser semejantes a los flanes; en la costa del Perú se utiliza para la elaboración de las mazamorras.

El Chuño (del aymara ch’uñu, deshidratado a través del frio) es el resultado de la deshidratación (por lo general por liofilización) de la papa, u otros tubérculos de altura. Siendo  la forma tradicional de conservar y almacenar las papas durante largas temporadas e incluso años. Este producto es uno de los elementos centrales de la alimentación de los pueblos andinos. En general es un ingrediente de la gastronomía de la región altiplánica de América del Sur particularmente de Bolivia, región de la cual es originario este producto.

«CHUÑO» O «CHUÑO NEGRO»
El chuño negro, o simplemente chuño, es aquel que se obtiene directamente de la congelación, pisado y recongelación. No se somete el producto al agua: concluida la congelación y el pisado, se seca al sol, para así convertirse el tubérculo congelado en chuño. Ciertas sustancias presentes en el mismo, en contacto con el aire, se oxidan dándole un característico color que va desde el marrón oscuro hasta el negro.


«TUNTA», «MORAYA» O «CHUÑO BLANCO»
La tunta se obtiene congelando la papa por una noche a la intemperie en helada de invierno (junio-julio), al día siguiente se deshidrata presionando con los pies contra el piso (exprimiendo) y se pone al agua de río o laguna en costales permeables de plástico.

Este procedimiento se realiza a la hora de ponerse el sol para mantener el color blanco; las papas normalmente son de color claro, pero al contacto con los rayos solares toman el color negro.

El paso final consiste en la extracción del agua después de quince días aproximadamente, el pelado y el secado al sol. El resultado es la tunta, que en algunos lugares del Perú y Bolivia es conocida como chuño blanco. En el Perú también se le conoce como moraya

El consumo de la tunta o chuño blanco,  es principalmente regional, constituye un alimento de uso diario y una fuente importante de ingresos económicos para las familias campesinas. Posee atractivas ventajas que pueden posibilitar la ampliación de su consumo a las grandes ciudades, dadas sus bondades nutricionales, su buena adaptación a diversos preparados y su prolongada conservación. Para ello es necesario asegurar una adecuada calidad a fin de ofrecer al mercado un producto homogéneo, manteniendo la limpieza, la textura y su sabor particular.

La tunta posee características singulares: se trata de tubérculos enteros deshidratados y de color blanco, su peso es muy liviano, sus formas y tamaños son diversos, entre redondos y alargados de acuerdo a la variedad de papa empleada. Destaca en su composición nutricional la concentración de almidón, que le confiere un alto valor calórico, también el contenido de minerales como el calcio y el hierro, en concentraciones superiores a las del arroz y del trigo.

Composición nutricional de la tunta en 100 gramos.
Elementos básicos
Energía  323 Kcal
Agua  18.10 ml
Proteína  1.90 grs
Carbohidratos  77.70 grs
Fibra  2.10 grs
Calcio  92 mg
Fósforo  54  mg
Hierro  3.3 mg

HISTORIA
Pedro Ciena de León publicó en 1553 su “Crónica del Perú” en Sevilla, obra donde aclara que “muchos españoles enriquecieron y fueron a España prósperos solamente con llevar de este ‘chuñu’ a vender a las minas de Potosí” dado que el producto era estimado y tenía gran precio. El Inca Garcilazo de la Vega indica que después de exponer a la helada “la cubren con paja y la pisan con tiento y blandura, para que despiche la acuosidad”, insinuando que había un criterio de limpieza y esmero en la deshidratación. Los citados Acosta y Cobo, cuentan que las papas amargas y silvestres eran consumidas como chuño, el segundo señala que la variedad luk’i es muy buena.
Las culturas andinas más fuertes no solamente influyeron políticamente, jugaron un papel importante al transmitir la papa a los pueblos con quienes tenían contacto. La cultura huari conoció los tubérculos cultivados por los tiwanacotas y juntos los heredaron a los incas. Entre los años 1.000 a 1.300, los aymaras conquistaron plenamente la costa, desde Ica(en el sur del Perú) hasta Copiapó (en el norte de Chile), abarcando la región montañosa del noroeste de la Argentina alcanzando Tucumán, lugares donde se evidencia la influencia tiwanacota, en consecuencia, los araucanos recibieron el benéfico producto de ellos y lo nombraron “poñi”. En el otro extremo del continente, los chibchas, pueblo cuyo territorio vivía en la actual Colombia, los llamaron “yoma”. Es así que la superficie era dominada por el hombre y el suelo por la papa.
Los católicos dijeron que no se citaba en la biblia, por tanto, comerla era pecado. No faltaba alguien que opinaba que las personas que la consumían padecían flatulencia, como si el tubérculo fuese una bomba de gases comprimidos que se activaban en el cuerpo humano. En suma, así como la papa fue favorecida por algunos religiosos también tuvo que enfrentarse a la fe cristiana e hizo frente a muchos argumentos que no pudieron con sus encantos.

ALIADO PARA LOS DIABETICOS
El chuño y la tunta, por su alto porcentaje de almidón lento en la digestión, son los mejores alimentos para las personas diabéticas, según una investigación conjunta de la Universidad Mayor de San Andrésy la empresa sueca Aventures AB.
Mauricio Peñarrieta, representante del Instituto de Investigaciones en Productos Naturales indicó que estos dos productos de la región del altiplano tendrían una aplicación directa para diabéticos, mejorando su calidad de vida.
Las personas que consumen chuño no tienen acumulación de colesterol, uno de los principales problemas que confrontan las personas que sufren de diabetes o son propensas al sobrepeso.
“Hay que ser claros, esta investigación no cura la diabetes, es una alternativa para formular alimentos para la población que tiene este mal”, sostuvo.

PARA LOS ASTRONAUTAS DE LA NASA
Este tubérculo de altura está dando mucho de qué hablar, especialmente en Norte América y Europa. Es la NASA, empero, la que encontró en el chuño la solución alimentaria para los viajes agrestes, largos y duros, que son los que tienen que afrontar los astronautas en sus viajes espaciales.
Cabe mencionar que la NASA, durante mucho tiempo, intentó hallar los alimentos adecuados en valores nutricionales para que sus científicos y astronautas puedan consumir, puesto que su trabajo en la órbita les exige dietas singulares
“Ambos se enfrentan al problema de los viajes largos por un territorio duro (incas y astronautas). Notablemente, siglos antes de la búsqueda de la NASA para formas de alimentar a los astronautas en el espacio, los incas ya habían encontrado la respuesta”, dice el periodista del New York Times, Simón Romero
“El chuño se puede almacenar y comer una década después de que se ha encogido, secado y procesado”, apuntó el portal de noticias de nytimes.com.

ALIMENTACION ACTUAL
La actual cocina boliviana aspira a que este preciado alimento sea considerado “estrella” en el siglo XXI y cada vez más recetas culinarias lo incorporan como ingrediente. También se piensa que, por su capacidad de conservación, pueda ser utilizado como alimento de astronautas en el futuro. Nunca se sabe, pero lo cierto que con el cambio climático, puede ser que se convierta en un alimento de prestigio en zonas donde aún no se conoce.

GALLETAS DE CHUÑO
La siguiente receta es especial para realizarla para los niños, una forma agradable de incorporar este producto andino a la alimentación infantil. Podemos ser creativos en la decoración, ya sea bañando las galletas con chocolate o cubrirla con azúcar impalpable, también dibujar con glasé real, las opciones son infinitas, dejemos volar nuestra imaginación.

INGREDIENTES:
·         70 grs Manteca blanda (a temperatura Ambiente)
·         135 grs Azúcar
·         2 Huevos
·         150 grs Harina leudante
·         125 grs Chuño
·         1 cdita Esencia de vainilla

PROCEDIMIENTO:
1.- Remojar el chuño en abundante agua tibia durante toda una noche.
2.- Al día siguiente, escurrimos, volvemos a lavar el chuño bajo la canilla de agua. Escurrimos y colocamos el chuño en una cacerola u olla con agua. Llevamos  a fuego moderado hasta que se cocinen por completo, y tengan una textura tierna y blanda, similar a las papas cocidas.
3.- Una vez acabada la cocción,  escurrimos el chuño.
4.- Pesar la cantidad exacta que se necesita para la receta. Dejar enfriar en un recipiente.
5.- Encender el horno a una temperatura de 180°.
6.- Pesar todos los demás ingredientes.
7.- Cortar el chuño cocido en pequeños dados, tratar de que el corte sea regular.
8.- Tamizar la harina y el cacao.
9.- En un bowl, introducir la manteca blanda y el azúcar. Mezclar muy bien con cuchara de madera hasta no escuchar la fricción del azúcar en el recipiente.
10.- Añadir los huevos con un batidor de alambre, uno por vez, cuidando de cada uno de ellos se integre completamente antes de adición del siguiente huevo.
11.- Aromatizar la mezcla con la esencia de vainilla.
12.- Incorporar con la cuchara de madera en forma de lluvia los ingredientes secos  tamizados (harina y cacao).
13.- Agregar a la masa, el chuño cocido y cortado.
14.- Amasar hasta integrar completamente todos los ingredientes.
15.- Llevar a la heladera unos 30 minutos (mínimo).
16.- Mientras la masa reposa en frio, enmantecar una bandeja.
17.- Retirar la masa de la heladera, estirar con palote hasta llegar a  un espesor de 4-5mm
18.- Elegir el/los cortantes para las galletas. Proceder a cortar la masa y acomodar las galletas en la placa anteriormente enmantecada.
19.- Llevar a horno durante 15 minutos, aproximadamente, o hasta que la base y los bordes de las galletas estén dorados.
20.- Sacar del horno cuando termine la cocción,  retirar de la placa  las galletas y dejar enfriar sobre rejilla, hasta el momento de consumir.
Se pueden realizar variadas formas con esta masa: bastones torzados, espirales, etc.



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